Django Unchained: Tarantino encadenado

Llegó la última película de Quentin Tarantino. Homenaje en su enfoque particular al Spaguetti Western con aditamentos de revisión del racismo estadounidense pre-guerra civil.

Los fanáticos más acérrimos de Tarantino seguirán siendo obsecuentes con su filmografía, incluso algunos dirán que “Django Unchained” (Django desencadenado o Django sin cadenas) es la mejor película de Quentin… hasta que aparezca la siguiente.

Es cierto que Tarantino supo agregarle frescura y cierta irreverencia al cine hollywoodense y ante los resultados exitosos la industria tuvo que darle crédito.

Sus películas están repletas de mini-homenajes, recuerdos, humor negro, y claro está, sangre… mucha sangre que regodea su lado morboso (el de él y el de nosotros, sus espectadores).

Así como “Kill Bill” tomo una historia sencilla y común (la novia herida en su orgullo que busca venganza) y la llenó de un ambiente de las viejas películas de artes marciales a lo Bruce Lee pero más sangrienta, o como la revisión de la historia bélica de la segunda guerra mundial en “Bastardos Sin Gloria” con una irreverente pero fascinante versión en la que los judios se vengan de los nazis (incluso en la muerte despiadada de todo el clan mayor nazi incluyendo a Adolf Hitler), en “Django Unchained” pasan ambas cosas aunque más moderadamente.

No es casual que el film esté ambientado 2 años antes de la Guerra Civil estadounidense en la que el tema principal y por la que es conocida en la historia mundial es la lucha del Norte contra el Sur para abolir la esclavitud. Ni tampoco es casual que el personaje principal, Django, sea un esclavo en busca de su amada también esclava pero sin olvidar el semblante de aquellos rudos vaqueros del Oeste del cine italiano (bautizado “Spaguetti Western”) y que tenían como caballitos de batalla a Clint Eastwood (con la trilogía de “El Bueno, El Malo y El Feo” de Sergio Leone) o a Franco Nero, el Django original allá por 1966 que le dio la fama de actor de cine mundial.

La historia se centra en un esclavo, interpretado por Jamie Fox, que es “rescatado” de las cadenas por un extraño dentista extranjero alemán, el Dr. Schultz, interpretado magistralmente por Christoph Waltz (el mísmísimo Coronel Hans Landa de “Bastardos Sin Gloria” por la que ganó el Oscar y que probablemente gane otro por “Django Unchained”).

Este Dr. Schultz es en realidad un cazarecompensas y viaja en su carreta por las áridas tierras estadounidenses matando delincuentes por las que el gobierno paga importantes sumas de dinero. Rescata a Django de sus captores y lo compra como esclavo ofreciéndole la libertad si lo ayuda a capturar a 3 forajidos que el conoce pero Schultz nunca a visto. Luego, Schultz le invita a pasar el invierno en las montañas capturando a una importante cantidad de malhechores para juntar una cantidad importante de dinero y con la promesa de ayudarlo a buscar a su amada esposa esclava de un importante hacendado del Sur (Leonardo Di Caprio).

El desarrollo de la historia personal es la de Django enfrentado su libertad, con la que no sabe lidiar, la búsqueda de su esposa y la transformación de un esclavo en un símbolo de dura rebeldía.

El desarrollo del trasfondo es la esclavitud vista desde otros ángulos, no solo de los blancos esclavistas del sur sino también de algunos esclavos esclavistas (y no es una redundancia) que interpreta muy bien uno de los actores símbolo de Tarantino: Samuel L. Jackson.

No en vano, Christoph Waltz interpreta a un “Alemán” que “libera” de sus cadenas a Django y se convierte en su mentor, educador e incluso su pareja protagónica, una especie de Batman y Robin del Oeste pre-guerra civil particular de Tarantino.

Lo mejor de la larga película de casi 3 horas de duración, las escenas de la especie de Ku Klux Klan inicial (aún con máscaras no tan producidas) que generan carcajadas por doquier y que encabezan el casi olvidado Don Johnson (sí, aquel de la serie Vicio en Miami) y una masa de forajidos venidos a menos. El mejor humor negro que he visto en una película en mucho tiempo.

No falta la sangre salpicada al extremo salvaje de personajes también salvajes y rudos salidos del lejano oeste pero también de los períodos más oscuros de la historia esclavista norteamericana.

En cuanto a las actuaciones, Christoph Waltz impecable, descolló como el coronel nazi en “Bastardos Sin Gloria” y aquí también, tanto que está nominado al Oscar como actor secundario nuevamente. Y no me equivoco si digo que será el nuevo caballito de batalla de Tarantino por un largo tiempo.

Jamie Foxx, no supera más que un “aceptable” y si la vuelvo a ver hasta quizás le rebajaría un par de notas. Le queda un poco grande el personaje, no es demasiado creíble su transformación, ni la conversión final al duro vaquero del Oeste que fue el original Django de Franco Nero. Recordemos que la primera opción de Tarantino para el personaje de Django no era Jamie Foxx sino Will Smith que declinó la oferta pues el guión aún no estaba terminado. Pero Foxx tampoco fue la segunda ni tercera opción antes que el se había pensado en Idris Elba, Chris Tucker, Terrence Howard, MK Williand y Tyrese, hasta que finalmente se decantó por Jamie lo que refleja que no fue la mejor opción para el papel.

Kurt Russel también fue uno que abandonó el proyecto, pero su personaje no fue reemplazado por nadie directamente su participación fue eliminada del guión ya que no variaba la historia.

Leonardo Di Caprio, impresiona con su trabajo del villano hacendado del sur, aunque no descolla. Es que desde Titanic, Di Caprio, se ha superado enormemente como actor, pero ninguna de sus actuaciones pudo superar a la de “Los Inflitrados” por lejos. Aquí se luce, pero poco, no quedará como el villano más malo del cine, ni cerca.

Por otra parte, Samuel L. Jackson, despilfarra talento actoral aunque un poco forzado por el guión que en ocasiones se vuelve insensato queriendo mostrar que, en este caso, el más esclavista era alguien que vivió toda su vida siendo un esclavo y de la cual sacó rédito de ello sin dejar de ser esclavo.

La mujer en esta película es nada más que un objetivo para el desarrollo de la trama y del personaje, no hay lugar para el brillo escénico ni argumental. El papel de las mujeres en esta cinta es por demás dejado de lado tanto que si pusiéramos un objeto personal como una joya familiar, un arma, etc que Django intenta recuperar en lugar de a su esposa da lo mismo, la historia y el argumento no variarán. Es que, desde Kill Bill y por alguna que otra película fallida no hay lugar para la mujer en el mundo de Tarantino (se demuestra tanto en “Bastardos sin Gloria” como en “Django Unchained”), la mujer como mero participante decorativa de la trama.

Los homenajes de Tarantino al cine no se quedan solamente en el género del cine que hace sino en la participación de actores olvidados de antaño. Por ahí ya hablábamos de Don Johnson en un personaje secundario pero que tiene varias escenas logradas pero también asombra darse cuenta que participa Franco Nero, el mismísimo actor de Django original de 1966 en una escena cara a cara con Jamie Foxx en la que graciosamente le pregunta su nombre y si sabe deletrearlo.

También aparecen fugazmente Tom Wopat (Luke Duke de la serie “Los Dukes de Hazzard” que viene a ser el Oeste en automovil) y Lee Horsley (protagonista de las series policíacas de los 80 “Nero Wolfe” y “Matt Houston”) entre otros actores relevantes como Bruce Dern.

La música es otra genialidad en la que no faltan ni las composiciones de Ennio Morricone, toda una leyenda en los “Spaguetti Western” e incluso Luis Bacalov autor de la música de la película “Django” original de 1966 del director Sergio Corbucci. Tarantino se da el lujo incluso de mezclar el rap en la música sin que uno se sienta incómodo ante tal descaro.

En definitiva, una buena película de Tarantino, pero no la mejor. Un film de duración demasiado larga pero con escenas de humor negro y algunos diálogos memorables en los que participan Waltz y Foxx o unas escenas entre el pre-Ku Klux Klan y Don Johnson hacen que sea soportable y hasta disfrutable.

Hay cierto aroma a que hollywood está domando a la bestia de Tarantino, por ahora todavía es distintivo y es posible que haya Tarantino para rato, esperemos que no se agote.

A continuación les dejamos el trailer de «Django Unchained» de Quentin Tarantino