25 años después: Montevideo Agoniza una vez más.

Un 18 de noviembre que selló los festejos por los 25 años de la edición de “Montevideo Agoniza”. El disco de Traidores que marcó la historia del rock nacional en los 80’s y que se convirtió en referencia ineludible para decenas de bandas que surgieron a posterior.


El show envolvía en su contexto una segunda intención por demás loable que era ayudar a recaudar fondos para el “Centro Ybyray”, centro para niños con parálisis cerebral, y se desarrolló en la coqueta Sala Zitarrosa apenas pasadas las 21 horas del día 18 tal como estaba previsto.

La actual formación de la banda, séptima en su trayectoria, incluye además de la dupla fundadora de Juan Casanova en voz y Víctor Nattero en guitarra, al además Terapeuta Daniel Jacques en bajo, quién desembarcó en la banda allá por el año 2000 y que ya había tenido un pasaje por la banda en los años 95, 96, y a Marcelo Oliveira en batería quien se integró en esta actual formación, creada por el 2009 pero que ya había sido parte de Traidores entre los años 91 y 94.

La edición del “Montevideo Agoniza” fue vital para el desarrollo del nuevo rock nacional surgido tras el período dictatorial. Más allá de haber sido un movimiento que se apagó demasiado rápido, el mismo dejó claro que los jóvenes de la época tenían mucho por decir y reclamar, que eran seres pensantes con sus ideas congeladas a fuerza de la represión, y el rock fue la vía más expresiva de toda esa furia contenida durante años en la sociedad. De los discos editados por las bandas nacionales entre los años 86, 87, el de Los Traidores fue el que reunió las canciones perfectas como para musicalizar la banda de sonido de aquella película en la que a los jóvenes de la época se vieron obligados a actuar.

El after punk, la dark music y el sonido new wave que dominaron el mercado anglo de fines de los 70’s y comienzos de los 80’s fueron la inspiración musical en la que se apoyaron las letras punzantes de un Juan Casanova que desde sus primeras letras supo demostrar que estábamos frente a uno de los mejores letristas del rock nacional. La guitarra de Víctor Nattero fue la mejor cómplice para aquellas composiciones que lograron burlar los problemas técnicos de grabación para que las canciones pudieran prevalecer por sobre las deficiencias en el sonido.

La boda de plata del “Montevideo Agoniza” no podía pasar desapercibida y la banda con buen tino decidió festejarla haciendo una serie de presentaciones que concluyeron el pasado 18 de noviembre con un gran show en la Zitarrosa. En este caso se trató de un show electro-acústico donde las canciones clásicas de Los Traidores fueron interpretadas con todo el brillo que el cuidado de la instrumentación acústica les puede brindar, gran parte de éstas versiones las pudimos disfrutar cuando allá por el año 1998 la banda se lanzó con el espectáculo “Traidores: en la profunda noche”, el cual fue grabado y editado, convirtiéndose en uno de los discos más vendidos de la banda.

El espectáculo si bien se basó en el disco del 86, cabe señalar que no solo tuvo canciones de todos los discos de estudio editados por la banda, sino que incluso algunas canciones de aquél disco emblemático no fueron interpretadas, caso ‘Juegos de poder’ o ‘Las noticias Nacionales’.

En la veintena de canciones que integraron un show que se extendió por casi dos horas, no faltaron algunas canciones clásicas de aquél disco del 86 como ‘La muerte elegante’, ‘Bailando en la oscuridad’, ‘No estoy loco’ o ‘Solo fotografías’, y alguna de aquel disco que se convirtió en clásico tras su versión en el disco acústico del 98 como es el caso de ‘Amanecer’.

El otro disco que contribuyó con grandes canciones a la lista de temas interpretados en la noche fue el “Radio Babilonia” del año 95. Un disco por demás esperado en su momento, dado que la banda debuta discográficamente en el 86 y edita tres discos en tres años consecutivamente y luego se produce la primera separación. Más allá que el regreso se produjera en el año 91, fue recién promediando la década cuando la banda editó este nuevo material de estudio, un disco que arrojaba el estilo Traidor con un sonido notoriamente superior al de las primeras grabaciones y un crecimiento en lo instrumental que acompañaba de manera más contundente, las letras del vocalista Juan Casanova.

De “Radio Babilonia” sonaron clásicos como ‘Máquina’, ‘Ella sabe bien’ y ‘Como una plegaria’, más allá que el tema más solicitado fue el que diera nombre al disco, el cual se hizo esperar en el show a pesar de los reclamos.

Más allá que la mayor cantidad de clásicos salieran de los discos el 86 y el 95, la canción más representativa del espectáculo y uno de los puntos altos fue ‘Profunda noche’, una canción excelente, de las mejores de la banda, que apareciera originalmente en el disco “En cualquier parte del mundo” pero que tuviera su mayor vuelo cuando la interpretaron en forma acústica para aquél show en el Teatro El galpón que terminara siendo editado en su mejor disco “Profunda Medianoche”, el trabajo en vivo editado en el año 1998.

Punto aparte el de los invitados especiales. Un lujo de artistas invitados a participar del espectáculo sin mayor difusión anticipada y con todo el impacto de la sorpresa sobre los hombros. La excepción fue la presencia anunciada de Alejandro Spuntone, vocalista de La trampa y una de las mejores voces del rock nacional que fuera mentor del espectáculo llevando adelante el desafío del Centro Ybyray del cual arrojó palabras emotivas y sentidas para todos los presentes, agradeciendo a Traidores la participación de una noche que iba de la mano con tan noble fin.

Spuntonne interpretó dos canciones de Traidores a las que sintió como suyas y las impregnó de su estilo personal, tal el caso de ‘Crónicas del Sur’, canción de “Radio Babilonia” que supo brillar por las pocas emisoras que a mediados de los 90’s se prestaban a difundir música nacional.

Otro de los invitados de la noche fue el vocalista de los Buenos Muchachos, el carismático Pedro Dalton que se hizo presente para interpretar con la banda el clásico ‘La lluvia cae sobre Montevideo’, canción que fuera la primera en conocerse de Traidores cuando allá por el año 1985 fuera una de las dos de la banda incluidas en el compilado “Graffiti” que marcó el puntapié inicial al movimiento de rock uruguayo pos-dictatorial.

La tercera voz invitada en la noche de la Zitarrosa fue la de Camila Sapin. La ascendente vocalista de la banda Closet se hizo presente seductoramente vestida de negro para la ocasión, e interpretó ‘Viviana es una reaccionaria’, una de las canciones más populares de la historia del grupo, incluida originalmente en el “Montevideo Agoniza” pero que fue interpretada en la versión reggae que la banda hiciese para su disco del 98.

La lista de invitados no se limitó a los vocalistas menciones, sino que además sumó a dos músicos de excepción como lo son Luciano Supervielle y Pablo “Chamaco” Abdala. El bajofondista estuvo cargo de los teclados junto al ex No Te Va Gustar, hoy dedicado al mundo audiovisual, que se encargó de la batería para junto al resto de la banda interpretar el mayor éxito de la misma ‘Flores en mi tumba’, que fuera en la noche interpretada en su versión ’95, sensiblemente diferente a la original que apareciera en el disco del 86, y que marcara uno de los puntos más altos de la noche, por la canción en sí y por el acople de los invitados a una interpretación majestuosa.

Finalmente, el último invitado de la noche fue Pedro Alemany, quien subió para acompañar con su guitarra la interpretación de la canción más pedida de la noche ‘Radio Babilonia’, la que le diera nombre al disco del 95 y prácticamente sellara un show que apenas tuvo tiempo para un par de canciones más.

El espectáculo se centró en esos momentos, en esas canciones, aunque hubieron otros, como los atravesados por las canciones ‘De amor y de guerra’ o ‘Nadie alrededor’ que entre otras conformaron una lista de canciones que no hicieron más que reafirmar la vigencia de las composiciones de una banda que más allá de las idas y vueltas, de las separaciones, los regresos, y de los cambios de formación, siempre ha estado presente, con Juan Casanova al frente y su primo Víctor Nattero que con su guitarra han sabido conformar una dupla ya clásica para la historia del rock nacional.

Emociones, canciones, recuerdos y vivencias que volvieron a hacerse presente en una Sala Zitarrosa que una vez más supo ser testigo de uno de esos espectáculos que no pasan desapercibidos para la historia, y que muy por el contrario, quedará en la retina de todos los que tuvieron la posibilidad de hacerse presentes.

Fernando García

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