Farruquito brilla con luz propia
Presentó su último espectáculo flamenco el pasado Martes 16 de Abril, en el Auditorio Nacional Adela Reta homenajeando a sus mayores, de quienes heredó una pauta inigualable y de los que aprendió a fuerza de entrega y convicción. Abolengo encierra respeto, admiración y agradecimiento. Nota: Romina Avellanal. Fotos: Miguel Juncal
Farruquito homenajea a sus antepasados
Abolengo (De abuelo). 1. m. Ascendencia de abuelos o antepasados. 2. m. Ascendencia ilustre. 3. m. Lugar de donde es uno oriundo, nacionalidad, filiación étnica o biológica.
Cada episodio que plantearon durante el espectáculo tuvo su singularidad: El Origen, El Camino, El Arte, La Inmortalidad y Final de Fiesta. Desde El Origen, se demostró una concepción del baile que combina perfección, improvisación y espontaneidad, pero por sobre todo temperamento y personalidad a la hora de hacer flamenco. Aquí Juan Manuel, nieto de Farruco e hijo de La Farruca nos demuestra lo bien que conoce el poder de la estirpe.
Por primera vez en Uruguay, Farruquito nos acerca Abolengo junto con un acople musical de ensueño hecho a la medida: voz, guitarra, violín, percusión y piano acompañaron este homenaje de principio a fin. Destacar la colaboración coreográfica de Antonio Canales, universal del flamenco, así como la compañía de la sorprendente bailaora mexicana Karime Amaya, sobrina nieta de la famosa Carmen Amaya e hija de Mercedes Amaya, “La Winy”.
Lo cierto es que resulta difícil no conmoverse con este espectáculo, no solo por el hechizo del bailaor sino por el grupo que lo acompaña y a quien Farruquito destaca y agradece al finalizar.
Las voces de Antonio del Villar, Juan José Amador y Encarnita Anillo, la guitarra de Roman Vicenti, el violín de Bernardo Parrilla y la percusión de José Doya crearon una atmósfera en la que el elenco nos introduce y emociona de forma impactante en lo que son las raíces y tradiciones del flamenco. Se recorrió por distintos palos del flamenco y los integrantes del elenco demostraron individualmente la destreza de su arte, finalizando con un cierre a puro flamenco donde todo el Auditorio aplaudió de pie este grandioso espectáculo, que no tuvo desperdicio desde el momento en que se abrió el telón y Bernardo Parrilla nos comenzó a deleitar con su violín.
«A veces sigo sintiendo que no tenga absolutamente ni idea de esto, que soy un recién nacido, siento que se puede mejorar cada día si verdaderamente tienes la humildad y el conocimiento de saber que esto es una carrera eterna», Farruquito.