Se hizo esperar, pero la sexta edición del “Pilsen Rock” llegó y mató.

La sexta edición del Pilsen Rock finalmente se llevó a cabo el pasado 21 y 22 de marzo, como de costumbre, y hasta ahora, en el parque de la hispanidad del departamento de Durazno.

La dilatación en el tiempo que terminó llevando el festival del pasado noviembre hacia marzo del presente año, sumado a los rumores ya casi confirmados de que se trataría de la última edición del «Pilsen Rock», por lo menos en la tierra de Vidalín, no conspiraron para que casi 50.000 personas se arrimaran a presenciar una edición más del festival de rock más importante de nuestra historia.

Un gran escenario armado por delante del tradicional del lugar, que tenía una pasarela emergente desde el centro hacia el público, y 4 pantallas gigantes decorando el lugar, fueron los destaques escénicos del festival.

Las características del festival en el planteo horario que hacen que arranquen las bandas a tocar a las 16 horas en ambos días para extenderse hasta pasada la medianoche, tiene como resultado que la presencia del público se vaya incrementando conforme entra la noche. Esto hace que podamos dividir el festival en tres partes, los que tocan de día, los primeros grupos por un lado y las actuaciones en la parte central por otro de cada noche.

Los artistas que tocaron de día en general hicieron buenas performances, pero el entorno dado por la luz y un público que (cuando estaba) aún estaba en otra, hace difícil sacar una conclusión definitiva sobre el destaque de cada actuación. El día sábado abrió la banda más votada a Pilsen TV, Muromets, seguida por Nemesis, Loto, Harry, Bufón y Chala Madre. Mientras que las bandas que palpitaron el día durante el festival el día domingo fueron La Sellada, Closet, San Bardo’s, Vendetta y Socio. Todos con shows destacables pero difíciles de comentar por lo anteriormente dicho.

La banda que recibió la noche el día sábado fue Cursi; con un show simple y directo, los liderados por Fabián Krul interpretaron varios de sus clásicos, arrancando con ´Júpiter y Adonis’, de su último disco «Ventilar», pasando por ‘No te peines’, ‘Cada noche mía’, ‘Corazón de Hotel’ y cerrando con su mayor éxito ‘La Pachanga Falsa’. Por otra parte, el grupo que recibió la noche del domingo fue Transe; la banda de los ex Alvacast Leo Lamela y Jorge Villar , realizó un show lleno de energía metalera que dejó más que conforme a los seguidores del género.

La parte central del día sábado arrancó con la banda local Graffolitas, quienes estuvieron presentes en todas menos una de las ediciones del festival y que en esta oportunidad, presumiblemente la última, no podían faltar. La banda de rock de Durazno más popular de la historia realizó un show basado en sus discos «PobreS.A» de 2004 y «Mutuatatú» de 2008, teniendo los puntos más altos en dos canciones del primer disco mencionado, ‘Tiempo al perdedor’ y ‘Refresca la Vida’ donde en cierta parte de la canción la banda cambió su estribillo para cantar : «No sea bobo chiquilín, no lo vote a Vidalín, es lo mismo que Lacalle, Sanguinetti o Gasparín», una crítica sorpresiva al intendente con quién inició del Pilsen Rock hecha por alguno de sus contribuyentes .

Pero el momento más sublime del show fue cuando subieron a escena Larbanois y Carrero, dúo histórico y pilar de la música de tierra adentro, que interpretaron junto a la banda dos canciones; una de ellas fue la canción que interpretan en el último disco de Graffolitas junto a los duraznenses, y la otra fue una versión «rock» de uno de sus himnos históricos, el clásico ‘Ocho Letras’ que hizo estremecer de emoción a todo el parque de la hispanidad. Memorable.

Tras bajarse la banda locataria, y pasados unos minutos subió a escena una de las bandas que supo cerrar el festival en alguna que otra oportunidad, Buitres. Con un show que arrancó con problemas de sonido y que terminó con el pogo más importante de la noche sabatina, la banda realizó un show como el que nos tiene acostumbrado, donde cada canción es un hit, y cada acorde una emoción.

A las 21:20 en punto arrancaron con ‘Condenado el Corazón’ seguido de un clásico para fanáticos ‘El baile del caballo / Nunca cantaron mejor’ para llegar a un par de canciones del último disco ‘Días Mecánicos’ y ‘La Oportunidad’, ésta última ya incluida en la extensa lista de hits que el grupo posee. ‘Mincho bar’ y ‘Ojos’ retomaron la atracción de todos y ‘Sinchronismo’, canción del último disco, creó el ambiente propicio para que a la hora de ‘No te puedo matar’ todo pareciera partirse con un mar de gente coreando al club de sus amores con la armónica de Peluffo de fondo. Por si alguno se quedaba quieto, la banda largó ‘A sangre fría’ y ‘Te llevo en el sentimiento’ para que ya nadie dejara de moverse.

Un clásico de Estómagos como ‘Frío Oscuro’, una coreada ‘Carretera Perdida’ y una versión a todo trapo de ‘Ojos Rojos’ cerraron la parte formal del show.

Como era de esperar la banda regresó para la hora de los bises, y lo hizo con un bloque de canciones que no dejaron respirar a los fanáticos, ‘Cadillac Solitario’, ‘Avril’, ‘El Cazador’, ‘Soy del Montón’ y el himno ‘Buitres’ marcaron la despedida de la banda del escenario, dejando una marca más de esas memorables a las que el hoy quinteto nos ha acostumbrado.

Otra de las bandas históricas y más populares de nuestro medio continuaron el festival, fue La Trampa que arrancó con ‘Irreversible’ un show que tuvo la particularidad de estar basado en su última realización «El Mísero Espiral de Encanto», un disco que a pesar de ser excelente, aún no ha tenido los éxitos suficientes y merecidos, dado fundamentalmente por el hecho que ni siquiera tiene 6 meses en la calle, lo que conspira para su reconocimiento popular. Sin embargo los asistentes en general y ni que hablar los seguidores de la banda, supieron ovacionar cada una de sus canciones, aunque ninguna a excepción de ‘Simple’, logró el delirio que la banda logra a la hora de interpretar sus clásicos. A las mencionadas del último disco se le agregaron ‘Para el día después’, ‘Cristal’, ‘La casa azul’, ‘Cuando aquieten tus heridas’, ‘Shangrilá’, ‘Clavel del Aire’ y ´Todo me da igual’. Nueve canciones interpretadas del último disco con repercusión dispar y que hicieron que el propio Garo agradeciera en una conferencia de prensa posterior al espectáculo, el hecho de que la gente haya aceptado esa decisión del grupo de basar el show en su último disco.

El show fue completado con un grupo de canciones ya si con mayor respaldo popular; ´Muerte Serena’, ‘Calaveras’, y una versión «tranquila» de ‘Mar de Fondo’ con la particularidad de ser interpretada solo con la voz de Alejandro y el acompañamiento con la guitarra eléctrica de Garo, donde el coro se hizo sentir como nunca en la noche tramposa.

En el spring final llegaron cuatro canciones que hicieron mover al público lo que no se había movido durante el show, ‘Las Décimas’, ‘El Poeta dice la Verdad’, ‘Caída Libre’ y ‘Yo sé quién soy’ colmaron las gargantas del público asistente e hicieron que los seguidores de la banda se fueran del Pilsen Rock con el sabor de haber visto una vez más, una gran performance de su banda predilecta.

Tras un intervalo algo más pronunciado que los anteriores, llegó el momento de la presentación en el festival de la única banda legendaria que jamas se había presentado en el Pilsen Rock, El Cuarteto de Nos. Este hecho resultante de la historia, más el momento vivido por el grupo tras la edición de su disco del 2006 y la promesa del estreno de nuevas canciones en el festival, hicieron que el show de El Cuarteto fuera junto a la reunión de El Peyote Asesino, el hecho más convocante de esta edición del Pilsen Rock. Y la verdad es que la banda superó con creces las expectativas.

El show de El Cuarteto tuvo un momento de arranque previo donde a través de las pantallas gigantes montadas en el festival, se pasó un video registrado durante la grabación del nuevo disco del grupo llamado «Bipolar» a editarse a fines de abril. En el video se incluyen fragmentos de alguna de sus nuevas canciones matizado con declaraciones al estilo Cuarteto de diferentes aspectos cercanos (o no) a la edición del nuevo material.

Tras el video aparece un conteo regresivo del 50 al 1 que se podía visualizar en las pantallas del predio y sirena mediante arrancó el show.

Vestidos de diferente forma pero con la intensión manifiesta a simple vista de usar corbata, la banda se largo al ruedo arrancando de la forma más fácil de ponerse a miles de personas en un bolsillo : interpretando ‘Yendo a la casa de Damián’. Éxito asegurado.

Como es obvio deducir las canciones de «Raro» predominaron en el show, y fueron 7; a la mencionada interpretaron ‘Nada es gratis en la vida´, ‘Hoy estoy raro’, ‘Así soy yo’, ‘Invierno del 92’ que cerró el show de forma impactante y dos canciones particularmente resaltables, ‘Ya no sé que hacer conmigo’ donde Roberto Musso dejó la vida cantando en la tarima saliente del escenario y ‘Pobre Papá’ interpretada por un Santiago Tavella delirante que hizo un show aparte digno de mención, deslizándose por donde pudiera y con la complicidad de un público que le perdona y aplaude todo, Tavella tuvo su momento de esplendor en el show, el cual repitió algunas canciones después con la interpretación de ‘Fui Yo’, uno de los inéditos del recopilatorio con nuevas versiones del 2004.

También Ricky tuvo su momento de destaque cuando interpretó ‘Ya te vas a mejorar‘ acompañado por la banda y el público, a quien el mayor de los Musso sabe como llegarle. La canción por su esencia campestre tuvo en el hecho de interpretarse en un festival enclavado en el medio del país el marco justo.

Hubieron canciones que matizaron el show como la casi balada de amor ‘Me amo’ o la versión 2004 de ‘Vino en mi jeringa’, o los inéditos de aquel disco ‘Hay que comer’ y ‘No quiero ser normal‘, pero de esos momentos el más disfrutable fue la interpretación de ‘El día que Artigas se emborrachó’, ya que no solo pidió clemencia para el público que no dejaba de agitar sino que sirvió de excusa para que Robert indirectamente solicitara a los organizadores algunos whiskys para la banda tal como lo hiciera en la historia de la canción el mismísimo general.

La interpretación más desgarradora de la noche fue la de ‘Al Cielo No’, presentada por el propio Robert con un portuñol típico de los presentadores de cuestiones religiosas, y llevada adelante de una forma demencial. Recorriendo la tarima y gritando a brazo partido para no llegar al destino de San Pedro, Robert dejó su alma en la canción y la súplica en decenas de miles de sus fieles.

Los momentos más peculiares del show fueron cuando en determinado momento, los integrantes del grupo se sentaron en cuatro sillas, tomaron cuatro guitarras españolas y con una especie de fogón, creado por un artilugio lumínico, interpretaron un par de canciones como si estuvieran precisamente integrados a un fogón real. A la hora de que Robert le pidió a Albin que arrancara con una que todos supieran, y que éste lo hiciera con ‘Rasguña las Piedras’ de Sui Generis, ya sabíamos que iba a ser uno de los momentos más comentados del show. Fue así que interpretaron de forma acústica dos clásicos de «Navidad en las trincheras» el disco del 94, ‘Bo Cartero’ y ‘Solo un rumor’, canciones que fueron cantadas a medias por el grupo y el público asistente. Imperdible.

Obviamente que lo otro a destacar fueron las interpretaciones de 3 de las canciones del nuevo disco «Bipolar» a editarse en abril. Las canciones elegidas fueron la central ‘Bipolar’, la que tiene pinta de ser el primer hit ‘El Hijo de Hernández’, y ‘Mirenmé’ donde subió a escena para interpretarla tal como aparece en el disco, el vocalista de El Peyote Asesino Fernando Santullo, ésta experiencia para L. Mental sirvió como antesala de lo que viviría al día siguiente. El resultado de las nuevas canciones fue por demás satisfactorio, ya que el público las recibió en gran forma, cosa que no suele suceder cuando se trata de interpretaciones en vivo de canciones desconocidas. Quizás el hecho de ser El Cuarteto o quizás el hecho de que las canciones presentadas están ya con una pinta de hit que queman, pudo haber ayudado a tal aceptación. Un hecho a observar e que en la interpretación de las 3 nuevas canciones Robert dejó la guitarra a un lado, cosa que realiza muy pocas veces en el show, quizá esto hable de una nueva postura del vocalista frente a las nuevas composiciones.

En definitiva; un show impresionante de parte de una banda que viene de haber logrado el punto más alto de su carrera tras la edición de «Raro», y que previo a la edición de «Bipolar» parece querer decirnos que va a ser muy difícil que pierdan fácilmente el lugar merecidamente obtenido.

La parte central del día domingo comenzó con la presentación de Reytoro. La banda que lidera Fabián Furtado, el popular Chupete, demostró con un show enérgico y potente porque son la banda de metal más importante del medio, y dejaron en claro cuan popular puede llegar a ser una banda de metal si se muestra con un proyecto sólido y estructurado.

Arrancaron con la interpretación del que fuera el primer corte de su último disco «Dos», ‘Me está matando’ a la que le siguió casi sin meditar la canción ‘Viajar’. Luego, tras el pedido de Fabian de que todos pusieran sus cuernos hacia arriba, la banda se largó con ‘Karma’ una de sus mejores canciones , donde el andar del vocalista por la pasarela hizo delirar a los presentes.

Al grito de «traigan al rey» y con la cabeza de toro en escena la banda se acercó a su mayor éxito ‘Carne’ donde ninguno de los presentes dejó de saltar por un instante, hasta la llegada de ‘Revolución’ con la que el grupo concluyó la parte formal de su show.

En el momento de los bises, ‘Caminando’ copó a los presentes, ‘Necromicon’ puso en nuestros oídos otra de las mejores canciones de la banda, y ‘Peste’ con la ajustada participación del bajista Enzo Broglia acompañando a Chupete, le dieron el broche de oro a uno de los shows más consagratorios del festival.

Para la polémica quedaron algunas palabras de Furtado respondiendo a aquellos viejos metaleros que sostienen que la banda en los últimos dos años se ha vuelto comercial. Esa polémica es histórica y pasa en todos los géneros de la música y en todo el mundo; parece ser que entre alguna crítica y algunos seguidores, el hecho de vender discos, llenar estadios y ser irradiados en los medios, convierte a cualquier artista de referente a mala palabra. Hay de todo.

Tras la bajada de Reytoro y el momento del metal en el festival, fue el turno para que subiera a escena una de las dos únicas bandas que estuvieron en todas las ediciones del Pilsen Rock, Hereford. La banda, acostumbrada a participar en festivales y actuar en consecuencia, realizó un show algo más pesado que de costumbre. Clásicos del grupo como ‘Estrellita’, ‘Volver a empezar’ o ‘Cierto’, sonaron con un tono más heavy que de costumbre. También este aire de metal rondó la versión de ‘Hombre de atrás’ cuando en forma muy ajustada la incluyeron en un medley con el clásico de Led Zeppelin ‘Rockandroll’.

La referencia a la legendaria banda de Robert Plant, no fue la única sorpresa que dejó la banda, ya que también los liderados por Chirola hicieron su versión de ‘Run like hell’ de Pink Floyd tras la cual el vocalista dijo que la habían hecho como homenaje a Syd Barret fundador del grupo desaparecido el pasado año.

El momento más recordado de la actuación de la banda será sin duda cuando para la interpretación de ‘Hay que matarlos hoy’ subieron al escenario Fabián Furtado de Reytoro y la dupla Guillermo Peluffo y Hugo Díaz de Trotsky Vengaran. Más allá de no tratarse de una de las canciones más difundidas del grupo, el hecho de concentrar en escena al combo mencionado quedará como una de las interpretaciones más recordadas de la última edición del festival.

A la hora del clamor popular, obviamente que los puntos más altos estuvieron una vez más y como de costumbre en las presentaciones del grupo, en las versiones de ‘La más simple de las cosas’ y ‘Bienvenida al show’, canción que a medida que pasan los años parece reafirmarse cada vez más como clásico ya no solo de la banda, sino de nuestra música toda.

Una presentación más en un festival de una banda que ha sabido en cada oportunidad, presentar algo que marque la diferencia y el recuerdo, y eso no es poca cosa.

La otra banda que ha estado en todas las ediciones del Pilsen Rock al igual que Hereford es Trotsky Vengaran, quienes una vez más se hicieron presentes.

Con uno de los shows más extensos de la noche, el cuarteto realizó una presentación que tuvo la particularidad de basar la primera parte de la misma en los dos últimos discos, lo que provocó que el pogo al que nos tiene acostumbrado su gente no se

hiciera presente en esos momentos; algo a considerar en el futuro, ya que puede resultarle peligroso al grupo que las nuevas canciones no muevan como las viejas.

Más allá de lo dicho y promediando el show empezaron a aparecer los clásicos del grupo y de a poco el pogo más grande del Uruguay se hizo notar una vez más, demostrando que la vigencia sigue presente y su participación en el festival fue acertada.

Entre los clásicos mencionados que comenzaron a aparecer, ‘Sataman’, ‘El alma en dos’, ‘Detrás del arco’ y ‘Una vez más’ se lucieron como siempre, mientras que con ‘Historias sin terminar’, ‘Hay que saltar’, ‘Todo puede estar mucho peor’ y ‘Un beso y una flor’, el parque de la hispanidad explotó todo en un salto.

El final con ‘Do you love me’ y alguna bandera al viento despidieron a la banda que se recordará como de asistencia perfecta a la hora de hablar del festival que marcó una época en nuestro país.

Y finalmente tras la bajada de Peluffo y su gente, y tras algunos momentos de preparativos, llegó uno de los dos momentos más esperados de la sexta edición del Pilsen Rock, la reunión después de diez años de la «legendaria banda» El Peyote Asesino.

Seguramente hablar de «legendaria banda» o de «leyenda» suena un poco exagerado para una banda que apenas llegó a tener unos cinco años de vida y un tiempo de separación que duplica su existencia. Sin embargo, el hecho que la banda se moviera con sus dos discos en terrenos por donde ninguna banda se movió, por lo menos no con la efectividad alcanzada por los uruguayos, hizo que los discos del Peyote, particularmente «Terraja» del año 98, fueran considerablemente consumidos por el público del rock nacional de los 90’s, y por el público que se sumó al movimiento en el último quinqueño. A su vez, los seguidores de la banda de entonces no tuvimos en su mayoría la oportunidad de verlos en vivo, dado las características del movimiento en aquella época que no tenía la consistencia actual, y porque practicamente al año de la edición de «Terraja» la banda se disolvió.

Otro hecho que se sumó a la expectativa generada por la reunión, es lo acontecido por Juan Campodónico en estos años, quien como productor junto a Carlos Casacuberta han marcado un estilo de realización en las producciones nacionales, ni hablar del éxito de Campodónico con su Bajo Fondo. Por otro lado, el baterista Pepe Canedo hoy integra una de las bandas más populares del medio como lo es La Vela Puerca, mientras que Fernando Santullo que tuvo un esbozo frustrado de volver a comienzo de década con la banda Kato, si volvió al ruedo con la participación junto al Bajo Fondo en una de las canciones del último disco del combo rioplatense.

Los integrantes Fernando Santullo, conocido entonces como L. Mental en voz, Juan Campodónico en guitarra, Carlos Casacuberta en segunda guitarra y voz, Daniel Benia en bajo, y Pepe Canedo en batería, otra vez en escena como hace diez años, con la particularidad de incluir como nuevo integrante para el show a Luciano Supervielle en teclados, programaciones y scratches. La presencia de Supervielle se da a partir del hecho de que el artista hoy comparte escenarios con Campodónico en Bajo Fondo y que entonces, hace diez años, formaba parte del movimiento de rock nacional integrando Plátano Macho, banda que en cierta forma competía con El Peyote.

La lista de temas interpretados se basó en el disco «Terraja», aunque vale decir que algunas de las canciones de aquel disco ya habían aparecido en el debut «El Peyote Asesino» del año 95.

El arranque del show fue con ‘Todos muertos’, canción que fue elegida casi espontáneamente por los integrantes del grupo cuando pensaron en cual sería la primer canción del regreso, quizás por ese mensaje de seguir igual a pesar de estar todos muertos, quien sabe. Continuaron con uno de los más recordados hits de la banda, el que identifica a su cantante ‘L. Mental’, al que le siguió ‘Criminal’ y ‘Guacho’, canción que hace una pequeña referencia «negativa» a Plátano Macho, la banda que les competía hace diez años, donde Santullo aprovechó a señalar a su hoy compañero Supervielle que integraba la mencionada banda entonces, y éste le respondió con un rotundo «no».

Una lenta de la banda ‘De pedo y de tos’, como mencionó el vocalista, una denominada ‘Volvé Negro Volvé’, que no era otra que la versión Peyote del clásico ‘Back in Black’ de AC / DC, se unieron con ‘U.R. Gay’ y ‘Psicoterapeuta’ a la lista de canciones vomitadas por la banda.

Luego hubo tiempo para homenajear a Traidores, una banda que según dijo el cantante, los había influenciado a todos en la banda, por lo que interpretaron uno de sus clásicos ‘La lluvia cae sobre Montevideo’, muy ajustada a la original, a la que le engancharon ‘Denso’, y así llegaron al momento más explosivo de la noche, que se dio cuando tras la invitación a subir al escenario a Martin Ferrés, integrante de Bajo Fondo en bandoneón, se largaron a interpretar ‘Mal de la Cabeza’, el número uno más importante del grupo y uno de los clásicos del rock nacional, que hizo que ni un alma en el parque de la hispanidad quedara sin conmoverse. Luego, y como si fuera poco, la remataron con el himno de la banda ‘El Peyote Asesino’ con la cual terminaron el show.

Tras algún instante, volvieron para los bises y agradeciendo a los presentes interpretaron tres canciones más. Una fue ‘Cable Pelado’, canción que fuera corte de su segundo disco y que es de las que tiene su video clip respectivo, la otra fue ‘Demente’ y se despidieron con una canción a la que Santullo presentó como un tema que «si con esto no se mueven, no sé….». Se trataba del medley ‘Gavilan o Paloma / El ojo blindado’, que liquidó el show y la garganta de su cantante y los presentes al grito de «quiero más».

En definitiva, un show que marcó un regreso que seguramente no quedará como un regreso pasajero. Expectativa, público, medios y entorno, son contestes a la reunión de una banda que nunca se propuso volver pero que al hacerlo comprobó lo importante de su existencia dentro del movimiento del rock nacional, y por que no decirlo, dentro del rock latino en general.

Fernando García

Un comentario en «Se hizo esperar, pero la sexta edición del “Pilsen Rock” llegó y mató.»

  1. muy bueno el articulo me salvaste la vida necesitaba informacion para un trabajo sos un k-po haces bien tu trabajo segui asi man bueno gracias respect

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